Lágrimas...

Llorar limpia nuestra alma. No hay que reprimirse, ni que avergonzarse... Somos nosotros en un estado tan puro cómo cuando se nos escapa una risa descontrolada.

No significa tristeza. Significa desahogo, explosión, sentimiento... Llorar es tan necesario como respirar. Llorar nos libera. Y hoy...

Hoy yo me estoy LIBERANDO.

Miedo

El miedo tiene muchas facetas y nos hace reaccionar de maneras muy diversas. A veces nos paraliza tomando el control de nuestros músculos, de nuestra mente, de nuestro cuerpo... No podemos escapar y nos quedamos quietos, agazapados, esperando a que todo pase.

Otras veces en cambio, nos hace huir, alejándonos incluso de las personas o las cosas que más queremos. En parte huimos de ellos porque son capaces de hacernos sentir cosas que nos da pánico admitir. Parece que si nos descubrimos ante ellas podemos sufrir las consecuencias. Es cómo si le diéramos un arma a alguien que podría convertirse en nuestro peor enemigo.

El descubrirte a alguien, el dejar que te conozca, el dejar que entre en tu vida y que la comparta contigo, implica compromisos que en muchos casos no estamos dispuestos a hacer. Porque compartir una vida significa DAR y RECIBIR y eso da miedo, demasiado... tanto que preferimos escapar, elevar anclas y navegar solos en este infinito mar.

Sin sentir...

Llevo mucho tiempo sin escribir. Demasiado diría yo, pero a veces me da miedo sentarme a poner mis sentimientos en orden. Hay tantas cosas que pasan por mi mente que no sabría ni por dónde empezar. Por no saber no sé ni cómo me siento: feliz, triste, mustia, contenta… Simplemente soy un cúmulo de estados y de emociones que chocan unos contra otros, haciendo que mi orden sea un completo caos.

Mi mente lo que necesita es PAZ. Mirar al infinito mientras el sol calienta mi piel y no pensar en nada. Dejar que mis pensamientos se vayan con el viento que despeina mis cabellos, con las semillas de diente de león que buscan un nuevo lugar en el que echar raíces.  En esos momentos de calma es cuando toda la claridad se abre frente a mis ojos, como los rayos de sol que aparecen entre las nubes después de una tormenta.

Recuerdos.

Nuestra mente funciona de una manera extraordinaria. Es asombroso ver cómo hay recuerdos aparentemente irrelevantes que se quedan grabados en ella cómo si nos los hubieran tatuado a fuego en las entrañas y otros que desaparecen cómo granos de arena empujados por la corriente de un río. Simplemente hay momentos o lugares que hacen un “clic” en nuestro cerebro llenando nuestras retinas de imágenes del pasado y da igual el presente pues nuestros ojos no ven nada de lo que hay a nuestro alrededor… sólo ven el ayer que se quedó grabado.

Y hoy voy andando por esa calle por la que he pasado tantas y tantas veces y a mi cabeza viene tu recuerdo que me inunda cómo si la única vez que hubiera recorrido esas aceras hubiera sido disfrutando de tu compañía. Y no sé si es por ti, que tienes esa fuerza sobre mí o si es porque hay lugares que están ligados en mi cabeza con personas muy concretas. Y en ese caso tú y sólo tú eres el dueño de esa calle de Madrid en mi mente. Y a día de hoy no hay nada que pueda evitar que cada vez que la recorro tu imagen venga a mí, tan nítida cómo si mis ojos la estuvieran viendo de nuevo. 

Celos...

Odio cuando los celos atenazan mis entrañas. Es la horrible sensación de que algo o alguien amenaza mi mundo y lo desmigaja como si no valiera nada entre sus dedos. Es inseguridad, es miedo, es caos… es todo y es nada a la vez. Lo peor es que me odio a mi misma por débil, por dejar que alguien cómo tu tenga ese poder sobre mí. No tiene nada que ver con el amor. Los celos se encuentran siempre al acecho, esperando que des un paso en falso,  a que cruces una esquina… y cuando quieres darte cuenta ya se han apoderado de ti y te dominan nublando todos tus sentidos. 

Intento ganar esta batalla, dejarlos al margen de mi vida y no dejar que se apoderen de mí. Respiro hondo planteándome si seré capaz de ser fuerte no sólo para hacerle frente a ellos, sino para desvincularme de ti.  

Band of Brothers

Hoy he terminado "Band of Brothers" y he decir que es una serie sublime. Nunca he sido de películas o series de guerra e incluso mi opinión del ejército de los Estados Unidos deja mucho que desear, pero creo que a esta serie no le puedo poner ni un pero. Todo lo contrario, sólo tengo alabanzas. 

Gran parte de la miniserie muestra las experiencias de la una de las compañías del ejército de los Estados Unidos (la Easy Company) y de uno de sus primeros jefes de su sección (el Teniente Winters) durante el transcurso de la 2ª Guerra Mundial. A parte de los hechos y de la historia en sí, lo que más me ha gustado es que cada capítulo está explicado desde una perspectiva distinta, mostrando las sensaciones de cada narrador ante determinadas situaciones o enseñándonos su visión ante el entorno que les rodea. Cada capítulo pasa volando, pero eso no impide que te encariñes tanto con los personajes que sufras con sus aventuras y desventuras durante la guerra, cruzando los dedos para que ninguno padezca un trágico final.

Nada más que explicar pues la serie habla por sí sola. Un reparto increíble (Damian Lewis, Scott Grimes, Dale Dye , David Schwimmer…), unos creadores de lujo (Steven Spielberg, Tom Hanks…) y una fórmula que no deja indiferente a nadie. 100% recomendada.  

Finalizo destacando el discurso de un general alemán a sus soldados en el último capítulo. Me puso los pelos de punta.

Men, it's been a long war, it's been a tough war. You've fought bravely, proudly for your country. You're a special group. You've found in one another a bond that exists only in combat, among brothers. You've shared foxholes, held each other in dire moments. You've seen death and suffered together. I'm proud to have served with each and every one of you. You all deserve long and happy lives in peace.

¿Cómo...?

¿Cómo reiniciar tu mundo? ¿Cómo encontrarle sentido a las cosas? ¿Cómo levantarse después de una caída de 10 metros de altura? Esas preguntas pasan por mi mente a diario y parece que nunca voy a encontrar las respuestas. Aunque para ser francos, no quiero las respuestas. Sólo quiero vivir mi presente y disfrutar de él cómo si no hubiera mañana...