martes, 29 de enero de 2013

Recuerdos.



Nuestra mente funciona de una manera extraordinaria. Es asombroso ver cómo hay recuerdos aparentemente irrelevantes que se quedan grabados en ella cómo si nos los hubieran tatuado a fuego en las entrañas y otros que desaparecen cómo granos de arena empujados por la corriente de un río. Simplemente hay momentos o lugares que hacen un “clic” en nuestro cerebro llenando nuestras retinas de imágenes del pasado y da igual el presente pues nuestros ojos no ven nada de lo que hay a nuestro alrededor… sólo ven el ayer que se quedó grabado.

Y hoy voy andando por esa calle por la que he pasado tantas y tantas veces y a mi cabeza viene tu recuerdo que me inunda cómo si la única vez que hubiera recorrido esas aceras hubiera sido disfrutando de tu compañía. Y no sé si es por ti, que tienes esa fuerza sobre mí o si es porque hay lugares que están ligados en mi cabeza con personas muy concretas. Y en ese caso tú y sólo tú eres el dueño de esa calle de Madrid en mi mente. Y a día de hoy no hay nada que pueda evitar que cada vez que la recorro tu imagen venga a mí, tan nítida cómo si mis ojos la estuvieran viendo de nuevo. 

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